Chistes Buenos

La máquina de café

— Me da un café con leche corto.

— Se me ha roto la máquina, cambio.

De camino al zoo con el taxista gracioso

Un padre y su hijo de 10 años se dirigían en taxi al Zoológico de Barcelona. Al ir acercándose al niño le llamó la atención la cantidad de chicas vestidas de forma extraña y con poca ropa, que permanecían de pie en la cuneta, y le pregunto a su padre:

– ¿Que hacen todas estas señoras por aquí, papá”

A lo que el padre contestó, intentando parecer convincente:

– Son chicas que vienen de una fiesta de disfraces y están esperando a que su novio o sus padres las pasen a recoger.

Pero al taxista no le pareció bien aquella respuesta, y sin que nadie pidiera su opinión, dijo al padre:

– ¡No engañe al niño, hombre! Ya es mayorcito para saber las verdades…

Y continuó, ya dirigiéndose al niño:

– Estas “señoras”, chaval, son prostitutas, y se dedican a esperar que pare un cliente para hacerle el amor a cambio de dinero, ¿comprendes?

El niño se quedó pensativo, y tras digerir lo que acababa de escuchar, le asaltó la curiosidad:

– Entonces, papá, ¿estas señoras también tienen niños?

-Claro hijo – respondió el padre – de algún sitio tienen que salir los taxistas.

El agua bendita

Un grupo de monjitas va pasando por delante de San Pedro para entrar al cielo. Entonces éste le pregunta a la primera:
– Hermana Verónica, ¿Ha tocado usted un miembro masculino alguna vez?
Ella le contesta que sí, pero que sólo lo toqué con un dedito.
– Pues hermana, lávese el dedo aquí en el agua bendita, y luego entra.
A la segunda monja le hace la misma pregunta, y ella le responde que sí pero sólo con la mano.
– Entonces… Hermana Antonia, lávese la mano en el agua bendita y entra.
De pronto llega corriendo y empujando la hermana Prudencia y se coloca al frente de la fila.
– ¿Por qué tanto apuro, hija mía?, le pregunta San Pedro.
Y la hermana responde:
– Porque si tengo que hacer gárgaras con esa agua bendita, quiero hacerlo antes de que la hermana Fortunata se lave el culo.

El Marido preocupado

El marido le pregunta a su mujer:
– ¿Amor mío, cuando me muera vas a llorar mucho?.
– Claro, amor, sabes que lloro por cualquier tontería.

Sumas difíciles

– Bueno niños, hoy vamos a tener una prueba diferente. Os voy a escribir un número en la pizarra y vosotros, a través de una canción, tendréis que hacer una suma y darme el resultado escrito en la pizarra. ¿Queda claro? – pregunta la profesora.
– “Sííííííí” – contestan todos.
Jaimito piensa:
– “Se me está poniendo difícil esta situación”.
– A ver Luisito, pase usted.
La maestra escribe el número 16 en la pizarra.
– Tienes 10 segundos para contestar, comienza el tiempo
– Señorita, lo tengo: 2 y 2 son 4, 4 y 2 son 6, 6 y 2 son 8 y 8, 16.
– ¡Muy bien! – dice la profesora. Le toca el turno a Jaimito y la profesora con una sonrisota y cara de sobrada piensa: “Ahora sí que te voy a joder”, y le escribe el 23 en la pizarra.
A los 9 segundos Jaimito dice:
– Señorita, ¿puedo rapear?
– ¿Rapear? – pregunta la profesora.
Y los demás niños empiezan:
– ¡Que rapee! ¡Que rapee! ¡Que rapee!
– Bien – dice la profesora.
Y comienza Jaimito su melodía…
– La fuckingprofesora me intenta joder … con una sumatoria que debo resolver. Los dedos de mis manos, los dedos de mis pies, la polla y los cojones… ¡¡¡Suman veintitrés!!!

Pelotaris y frontón

Dos vascos:
-Oye, Patxi, ¿En el cielo habrá frontón?
-Pues yo creo que sí, Iñaki, porque, si allí todo es perfecto, pues habrá frontón.
-Oye, pues el primero que se muera que se lo diga al otro.
-De acuerdo.
Al cabo de unos años, Patxi se muere y, al día siguiente, Iñaki oye una voz de ultratumba:
-Iñaaaaaki, Iñaaaaki, Iñaaaaaki, soy Patxi.
-¿Qué quieres?
-Que te tengo que dar dos noticias, una buena y otra mala.
-¿La buena?
-Que yo tenía razón, que aquí hay un frontón fantástico, de más de 60 metros de fondo y unas instalaciones alucinantes.
-¿Y la noticia mala?
-Que juegas mañana a las 11:00

El gran problema de física

Llega un nuevo profesor a la universidad, trajeado y vistoso, a impartir un curso de física fundamental. Desde la tarima propone a sus alumnos el siguiente problema:
– Teniendo en cuenta el volumen que ocupan ustedes (yo no, que para eso soy catedrático), la velocidad del rayo lumínico solar, la aberración del polvo desplazado por la tiza y las vibraciones emitidas por mis cuerdas vocales, calculen la edad que tengo.
Todos los alumnos tiemblan ante el problema, excepto uno que levanta la mano y dice de inmediato: “cuarenta y cuatro”.
El catedrático se sorprende y pregunta:
– ¿y usted, cómo lo sabe?
– Muy fácil. Tengo un hermano que tiene 22 y es medio idiota.

Confesiones políticas

– Padre, padre, confieso que he pecado. Ayer le pegué a un político.

– Querida, estoy aquí para escuchar tus pecados no tus servicios a la comunidad.

El burro muerto

Un burro muere frente a una iglesia, como una semana después el cuerpo seguía allí, el padre se decidió llamar al jefe de policía.
– Sr. policía tengo un burro muerto hace una semana frente a la iglesia.
El policía, gran adversario político del padre contesta:
– Pero padre, no es el Señor quien tiene la obligación de cuidar de los muertos.
– ¡Así es! Pero también es mi obligación de avisar a los parientes.

Ilusión del taxista

Un taxista le dice a su cliente.
– Me encanta ser taxista, soy mi propio jefe y nadie me dice lo que tengo que hacer.
– Ya… Gire a la derecha en la próxima calle…