chistes de colombianos

Chistes de Colombianos

chistes de colombianos

Hemos recopilado los mejores chistes de Colombianos. Estamos recopilando los mejores chistes de todo internet. A continuación verás chistes cortos, buenos, largos y alguno malo. Nuestra intención es crear la mejor web de chistes de internet, si tienes un chiste diferente envíalo por mail. ¡No lo dudes! ¡Envíalo y lo publicaremos! ¿Quieres colaborar? Ya sabes.

Arepas colombianas

El papá manda a su hijo a la tienda para que le compre unas arepas. Al llegar a la tienda el niño vio que en el televisor estaban pasando el reinado nacional de la belleza, paso miss Colombia, miss Ecuador, miss Venezuela,…
Inmediatamente el niño fue a contarle a su padre:
– Papá, papá, en el televisor están pasando el reinado nacional de la belleza, pasó miss Colombia, miss Ecuador, miss Venezuela,…
– ¿Y miss Arepas?
-No Papá esa no concurso.

Problema con los pingüinos

Un cachaco llevaba una partida de pingüinos hacia el zoológico Santa Cruz, cuando a medio camino se le estropea el camión refrigerado.
Preocupado, trata de reparar el problema pero ve pasar un camión repartidor de leche y consigue que se detenga. Entonces le dice al lechero:
– Mira, te voy a dar 50000 pesos para que me hagas el favor de llevar estos pingüinos al zoológico.
El lechero, toma el dinero y se lleva con gusto los pingüinos en su camión refrigerado. Mientras tanto, el cachaco logra arreglar el daño, y de inmediato enfila hacia el zoológico. En cuanto llega, ve salir al lechero, con los pingüinos detrás de él, en fila.
El cachaco le pregunta al lechero:
– ¿Hacia dónde vas con los pinguinos?.
El lechero en seguida le responde:
– Mira, ya los llevé al zoológico, pero como me sobró dinero, los voy a llevar al cine.

Chiste de colombianos náufragos

Tres colombianos náufragos están perdidos en el mar y encuentran una lampara mágica y aparece un genio que les dice:
– Les concedo tres deseos.
Un naufrago dice:
– Deseo volver a mi casa.
El segundo náufrago dice:
– Deseo volver a ver a mis hijos y a mi esposa.
El tercer náufrago dice:
– Echee… deseo que mis amigos vuelvan acá.

Un costeño en Nueva York

Había una vez un costeño que llega a Nueva York y quería un cigarrillo. Como no sabía hablar inglés, le hizo señas a una muchacha de que quería un cigarro. Ella se agachó a buscarlo y en esas se le salió un peo. Ella se dio la vuelta y le dio el cigarrillo y le dijo:
– Two fifty.
A lo que el costeño responde:
– ¡Echeeee fuiste tú!

Incendio en el asado

Dos cachacos trabajadores de la construcción estaban haciendo un asado cuando uno de ellos se empezó a quemar. El otro se quitó la chaqueta y empezó a pegarle con ella para apagarlo. El que se estaba quemando decía:
– Déjeme quemar, déjeme quemar.
– ¿Por qué, si estoy tratando de salvarlo?.
– ¡Déjeme quemar o saque el martillo de la chaqueta!.

El caleño seductor

Un caleño que se considera el mejor seductor del mundo entra a un bar en Juanchito y se sienta al lado de una atractiva rubia. El tipo sonríe y la saluda, mientras mira su reloj. Ella le dice:
– Parece preocupado por la hora, ¿está esperando a alguien?
– No. Simplemente estaba probando el reloj que acabo de comprar, que es el más moderno que existe.
– ¿El más moderno?. ¿Y qué tiene de especial?
– Utiliza ondas de radio para comunicarse con mi mente. Como si fuera telepatía.
– ¿Ah, sí?. ¿Y qué le está diciendo?.
– Me dice que tú no llevas ropa interior.
– Pues su reloj no sirve, porque sí tengo ropa interior.
– ¡Vaya!. Entonces, debe estar adelantado una hora.

Chiste de colombianos y mujeres

Dos colombianos se encuentran y uno de ellos le dice al otro:
– Oiga hermano, ¿a usted le gustan las mujeres gordas, con las piernas llenas de varices, despeinadas y desaseadas?.
– No hermano, que me va a gustar una cosa de esas.
– Entonces, ¿Por qué será que se la pasa gallinaceando a mi mujer?

Cachaco muy despistado

Este era un cachaco muy distraído, que una tarde estaba sentado en la barra de un bar tomándose una cerveza, cuando de pronto entra otro corriendo, se le acerca y le dice lleno de angustia:
– ¡Carlos, Carlos, un auto acaba de atropellar a tu mujer, fue frente a tu casa… corre, la pobre quedó muy mal!…
El tipo sale corriendo del bar mientras le dice:
– ¡Mi casa queda como a un kilómetro de aquí…
– ¡No importa, llévese la motocicleta que tengo parqueada en la acera- le ofrece el dueño del bar-.
Como a los cinco minutos regresa el cachaco, hecho un Cristo, con una herida en la frente y botando sangre hasta por los oídos, un brazo quebrado, la ropa toda desgarrada…
El dueño del bar sorprendido le pregunta:
– ¡Hombre!, ¿Qué te sucedió?.
– ¡Pues que sólo a mi me pasa esto – contesta -.
– Resulta que yo… ni me llamo Carlos, ni siquiera tengo novia, y lo peor… nunca en mi vida había manejado una moto…

La pulga inglesa

Un gamín le dice a otro:
– Oiga mano le vendo una pulga Inglesa.
Y el otro le responde:
– ¿Cómo así que inglesa?
A lo cual el primero le dice:
– Si, no ve que me la saque de la ingle.

Las tres preguntas

Un hombre tiene que realizar un papeleo y como toda burocracia lo exige, necesita realizar una consulta para hacerlo bien. Acude entonces a un abogado paisa y le pregunta:
– Doctor ¿Cuánto cobra por una consulta rápida?
– Muy baratico, son solo $100.000 por tres preguntas.
Sorprendido el hombre exclama:
– ¿No es mucho por tres preguntas?
– Bueno, depende ¿Cuál es su tercera pregunta?

La herencia colombiana

En un hospital estaban tres hijos al lado de su padre, quien estaba ya en las últimas. El anciano señor hizo acopio de fuerzas y se dispuso a declarar su última voluntad:
– Jhon Jairo, usted que es mi hijo mayor le dejo los apartamentos de El Poblado.
– Gracias, papá.
– A usted, Oscar Manuel, por ser el de en medio le lego las casas de Laureles.
– Muchas gracias, apá.
– Carlos Andrés, como usted es el menor, le dejo en herencia las unidades de Belén.
– Gracias, apá.
Una enfermera que escuchó toda la escena decide comentar a uno de los hijos:
– Oiga, mire usted, su papá como que tenía muchas propiedades pues.
– No, para nada. Nos estaba repartiendo las rutas que hacía con el carrito de la mazamorra.

Unos paisas en la ciudad

Una vez, una familia de la provincia paisa (apartada del mundanal ruido) fue a la capital. Estaba el papá, la mamá y el hijo. En eso, pasa un taxi y el hijo le pregunta al papá:
– Papi papi papi, ¿qué es eso, qué es qué es?.
Y el papá le responde:
– No sé.
Y el hijo le dice:
– Ahhhhhh.
Después pasa un bus y el hijo le pregunta al papá:
– Papi papi, ¿Qué es eso?.
Y el papá le responde:
– No sé.
Y el hijo dice:
– Ahhhhh.
Luego pasa una moto y le dice el hijo al papá:
– Papi, papi, papi, ¿Qué es eso?.
Y el papá le responde:
– No sé.
Y el hijo dice:
– Ahhhhh.
Después pasa una bicicleta y le dice el hijo al papá:
– Papi, papi, papi, ¿Qué es eso?.
Y la mamá le dice:
– Hijo, ya para de molestar a tu papá.
Y el papá le dice:
– No, no, déjalo que se instruya.

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