Hemos recopilado los mejores chistes de osos. Vamos a intentar recopilar los mejores chistes de osos. Del fiero animal al tierno peluche, esperamos que a partir de ahora cuando pienses en un oso tengas siempre una sonrisa en tu cara. Los chistes de animales sirven para pasar un buen rato de risas con tus hijos y les ayuda a memorizar. A continuación verás chistes cortos, largos y alguno malo. Nuestra intención es crear la mejor web de chistes de internet, si te sabes algún chiste que no está en la página. ¡No lo dudes! ¡Envíalo y lo publicamos! ¿Quieres colaborar?
Chiste de dos hombre y un oso en el bosque.
Dos hombres caminan por el bosque cuando ven un oso corriendo hacia ellos. El primer chico dice:
– ¡Corre!
El segundo chico dice:
– ¡No puedes correr más rápido que un oso!
Y el primero vuelve a contestar:
– No tengo que escapar del oso, solo tengo que correr más rápido que tu.
Chiste del colmo del oso polar
¿Cuál es el colmo de un oso panda?
Pues que le saquen una foto a color y salga en blanco y negro…
La canción favorita
¿Cuál es la canción favorita de un oso perezoso?
– Despacito, de Luis Fonsi.
Chiste del oso de peluche
Un hombre va a una tienda para comprarle un oso de peluche a su hija. El hombre le pregunta a el vendedor:
– ¿Tenéis un oso de peluche?
El vendedor le responde si toma, le da el oso de peluche y el hombre le paga.
Unos segundos después sale el vendedor le dice gritando:
– Este dinero es falso, me has engañado.
Y el hombre le responde:
– Igual que el oso de peluche.
Chiste del oso cervecero
Un oso polar camina por Barcelona en el mes de Agosto a 35 grados. A esto que ve un bar y decide entrar. Se dirige al mostrador y le dice al Camarero,
– Por favor, ¿Me pone una cerveza?
El camarero le mira, coge la cerveza, la abre y se la lanza de una punta del mostrador a la otra. El oso lo coge y comienza a beber mientras contempla las fotos colgadas en la pared. Cuando termina le dice:
– Camarero, ¿Qué le debo?
– 5 euros.
El oso coge la mariconera que lleva colgada, paga y se dirige hacia la puerta. Cuando va llegando el camarero le llama.
– Eh, señor oso. Perdone pero es que no estamos acostumbrados a ver osos polares por aquí.
– ¡Y menos que vais a ver poniendo la cerveza a tres euros!
Chiste de los padres del oso hormiguero
Se encuentran dos animales por la calle y le dice uno al otro:
– Oye, ¿Tú qué animal eres?
– Yo soy un perro lobo.
– ¿Y eso por qué?
Pues porque mi padre es un perro y mi madre una loba.
– ¿Y tú qué animal eres?
– Yo soy un oso hormiguero.
– ¡Venga ya…! No me lo creo.
En la consulta con el doctor
Entra un hombre con mucho pelo en una consulta del médico y pregunta:
– Doctor, ¿Qué padezco?
– Uzté padece un ozito.
Chiste malo de osos polares
¿Por qué los osos polares no comen helados?
Porque prefieren los polos…
Chiste del oso sin dientes
¿Cómo se llama un oso sin dientes?
¡Un osito de goma!
Los osos son así
¿Por qué los osos son grandes, marrones y peludos?
Por que si fueran pequeños, blancos y sin pelos no serían osos, serían huevos.
Los osos panda bebés
Un día que Pepe caminaba por la calle se encontró a Manolo con dos osos panda bebes bajo los brazos, entonces Pepe le pregunta:
– ¿Oye Manolo, y qué haces tú con esos osos panda? Parecen que no son tuyos.
A lo que éste le contesta:
– Bueno Pepe, es que encontré a la madre de estos ositos muerta, y me dio mucha pena dejarlos por ahí solos.
Entonces Pepe le dice:
– Mira Manolo y, ¿Por qué no los llevas al zoológico?
Y Manolo los lleva al zoológico. Al día siguiente Pepe se encuentra a Manolo otra vez, y nuevamente andaba con los mismos ositos panda bajo los brazos. Pepe se queda asombrado y le pregunta:
-¿Qué? ¿No los llevaste ayer al zoo?
A lo que Manolo contesta:
-Sí, y hoy los llevo al cine, para variar…
El osito polar. Chiste malo
Un osito polar pequeño se acerca a su padre y le dice:
-Papá, ¿estás seguro que soy un oso polar?
-Por supuesto, eres blanco como todos los osos polares.
-Pero, papá, ¿seguro, segurísimo, que soy oso polar?
-Claro, si yo soy oso polar, tú también lo eres.
-Papito, ¿pero de verdad soy oso polar?
-Pero, ¿por qué me lo preguntas?
-Es que tengo fríoooo…
A la caza del oso
Tres amigos se reúnen para ir de cacería de osos. Antes de emprender la cacería van donde un anciano para preguntarle cómo se cazaban los osos. El anciano les dice:
Vayan a una cueva grande y dicen: ¡Sal oso, sal! Luego esperan media hora y cuando salga el oso le disparan. Al enterarse de esto se van los tres amigos a cazar. Luego de media hora, dos de los amigos regresan con sus osos. Uno de ellos regresa sucio, herido y moribundo. Entonces, uno de los dos amigos le pregunta qué le pasó y él les responde:
Fui a una cueva grande, grite: ¡Sal oso, sal! ¡Esperé media hora y me atropelló el tren!
Chiste largo del oso y el ateo
Un ateo estaba paseando en un bosque, admirando toda la belleza de la naturaleza.
– Pero, ¡qué árboles majestuosos! ¡Qué poderosos ríos! ¡Qué bellos animales! iba diciendo a medida que caminaba a lo largo del río.
Luego escucha un ruido en los arbustos detrás de él. Se volteó para mirar. Fue entonces que vio un enorme oso-pardo caminando en su misma dirección. Se largó a correr lo más rápido que pudo.
Miró por encima del hombro y vio que el oso estaba demasiado cerca. ¡Aumentó la velocidad! Era tanto su miedo que los ojos se le llenaron de lágrimas.
Fue entonces que se tropezó y cayó desamparado. Rodó por el suelo. Rápidamente, intentó levantarse, pero…
El oso ya estaba sobre él, procurando agarrarlo con su fuerte pata izquierda y con la otra pata, lo trataba de agredir ferozmente.
En ese preciso momento, el ateo exclamó:
– Oh, ¡Dios mío!
Entonces el tiempo paró. El oso se quedó sin reacción. El bosque se sumergió en total silencio. Hasta el río paró de correr. A medida que una luz clara brillaba, una voz venía del cielo diciendo:
– Tú negaste mi existencia durante todos estos años, enseñaste a otros que yo no existía, y redujiste la creación a un accidente cósmico.
¿Esperas que yo te ayude a salir de este apuro? ¿Debo esperar que tengas fe en mí? El ateo miró directamente a la luz y le dijo:
– Sería, de hecho muy hipócrita de mi parte, pedir que, de pronto, me pases a tratar como un cristiano.
Más tal vez… ¿pudieras convertir al oso y hacerlo cristiano?
– Muy bien, dijo la voz. La luz desapareció. El río volvió a correr y los sonidos del bosque regresaron.
Entonces el oso recogió sus patas, hizo una pausa, bajó la cabeza y dijo:
– Señor, bendice este alimento que ahora me voy a comer. Amén.
Chiste del oso y el conejo
Un oso y un conejo se odiaban a muerte. Cada vez que se veían se decían de todo y se tiraban cosas. Eso si, el conejo se mantenía a distancia por razones obvias.
Un buen día, mientras mantenían una de sus disputas apareció un hada del bosque y les dijo:
– Todo el bosque está harto de vuestras peleas, no dejáis dormir a nadie, así que os voy a conceder tres deseos a cada uno a condición de que no os volváis a pelear.
Los dos aceptaron, no sin antes pelearse por quién empezaría a pedir deseos. Empezó el oso:
– Quiero que todos los osos del bosque sean hembras…
El conejo pidió su primer deseo:
– Quiero un casco de moto.
El hada flipó pero le concedió el deseo. El oso pidió su segundo deseo:
– Además quiero que todos los osos del país sean hembras.
El hada le dijo:
– Parece que no quieres aburrirte… en fin, deseo concedido. Tu turno, conejo.
El conejo pidió:
– Quiero una moto.
El hada aceptó viendo que su idea funcionaba.
– ¡¡¡Mi turno!!! – dijo el oso.
Y ni corto ni perezoso pidió que TODOS los osos del mundo fuesen hembras. El hada le dijo:
– Te vas a poner morado, vas a ser el único entre todas las mujeres… Venga conejo, tu turno.
– Mi último deseo es… – dijo el conejo colocándose el casco y arrancando la moto – es… … ¡Quiero que el oso sea gay!
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